El abuso sexual infantil se define como todo acto en el que una persona en una relación de poder involucra a un niño o adolescente en una actividad de contenido sexual que propicia su victimización y de la que el ofensor obtiene gratificación. Incluye toda una gama de conductas que pueden ser con contacto físico o sin él.

El incesto se refiere al contacto sexual con una persona con afinidad consanguínea y/o social con el sujeto o la familia. El abuso sexual infantil que se da dentro de la familia es considerado incesto. El término incesto puede perpetrarse a través de varios agresores: padres, padrastros, madrastras, abuelos, tíos, hermanos, hermanastros, primos, familiares políticos, o los que llamamos “cuasi-familiares” o sea amigos cercanos de la familia. En esta categoría se incluye al compañero sexual del padre o la madre de quién el niño espera cariño y protección.

• Abuso sexual sin contacto físico: comentarios de contenido sexual, exposición de las partes íntimas, voyerismo, fetichismo, llamadas obscenas, realizar el coito con otra persona a la vista del niño.
• Manipulación de áreas sexuales: tocar las partes íntimas del niño, inducirlo para que toque partes íntimas del agresor, la manipulación puede ser sobre o debajo de la ropa, masturbarse a la vista del niño.
• Penetración digital o de objetos: colocar uno o varios dedos en el ano, la vagina de la víctima, inducir al niño para que coloque uno o varios dedos en la vagina o el ano del ofensor, colocar objetos en la vagina o en el ano de la víctima. Inducir al niño para que coloque objetos en la vagina o en el ano del ofensor.
• Sexo oral: besar al niño con la lengua; besar, lamer o morder otras partes del cuerpo; chupar, besar, lamer o morder los pechos de la víctima; cunnilingus, fellatio, anilingus. El ofensor puede hacerlo o solicitarlo.
• Penetración del pene: puede ser vaginal, anal u oral.

Todos los niños tienen de riesgo de ser abusados sexualmente. Su edad, tamaño, inexperiencia e inmadurez los colocan en una posición de desventaja y al agresor en una posición de poder y control. Los niños son confiados. Existen varios factores que hacen que algunos sean más vulnerables que otros. Entre éstos encontramos: tener menos de 5 años, ser prematuro o tener problemas de salud, haber sido separado de su madre antes de los tres años, ser sobreprotegidos, sufrir negligencia en su cuidado o escasa supervisión de los padres o haber sido víctimas de abuso físico, psicológico o sexual, vivir en un ambiente familiar caótico, sin límites, disfuncional o incompleto, tener padres con dependencia de alcohol o drogas,  tener problemas emocionales, necesidad de afecto y atención, tener discapacidad física o mental, vivir en hogares sustitutos o en instituciones u orfelinatos, haber sido adoptados, estar deprimidos, estar desinformados y no saber cómo responder ante situaciones de riesgo. 

El abuso sexual es un grave problema social y de salud pública. Se da en todos los tipos de familias, en todas las razas, religiones, niveles socioculturales o económicos.

Lo más corriente es que el niño sea sometido a experiencias sucesivas de abuso sexual. Como el niño es obligado a mantener la actividad en secreto, la conducta puede continuar por años sin que sea detectada. El abuso repetido es mucho más dañino que una experiencia aislada.

Cuando se produce una revelación, el niño hace un gran esfuerzo para romper el secreto, con la esperanza de modificar la situación abusiva. Cuando el niño abre un secreto, es una oportunidad de oro para ayudarlo y detener el abuso. Es posible que nunca más vuelva a hablar al respecto. Por esto debemos responder de manera adecuada.  Recomendaciones: contenga sus emociones y escúchelo con atención,  mantenga una actitud respetuosa y empática, reconozca la valentía y esfuerzo del niño al hablarle del abuso, exprésele que está dispuesto a escucharle todas las veces que quiera hablar, hágale saber que está bien hablar del abuso, aclárele que no es su culpa, no pregunte insistentemente sobre el abuso, aumentaría la inhibición del niño, limítese a escuchar atenta y empáticamente, explíquele sus derechos, dígale que tiene derecho a que nadie lo maltrate, que usted le cree. hágale sentir que usted es digno de confianza, normalice los sentimientos del niño, dígale: “he hablado con otros niños a quiénes les han ocurrido cosas parecidas; nada de lo que me digas me va a sorprender”. Sea cuidadoso de no expresar descalificativos acerca del agresor. Recuerde que, si el agresor tiene un vínculo con el niño, este puede tener sentimientos mixtos acerca de él.

Los casos denunciados de abuso sexual de varones son únicamente un poco menores que los casos de niñas. Se considera que se da por igual. Cuando los varones son abusados por hombres, temen ser etiquetados de homosexuales y si son abusados por mujeres, el incidente no es tomado en serio.

Cerca del 90% de los niños víctimas de abuso han sido abusados por familiares, personas conocidas por ellos o allegadas a sus familias, un maestro o un vecino de quien nadie sospecha.  Muchos abusadores sexuales parecen responsables y respetables. Pueden estar casados y con un comportamiento aparentemente normal en muchos campos.

Las denuncias de los casos de violencia intrafamiliar y de maltrato a niños, en la República de Panamá, se pueden presentar principalmente en:

• Fiscalías Metropolitana Sección Atención Primaria, Panamá teléfono 507-2923 y San Miguelito teléfonos 507-3310 y 507-3312
• Fiscalías de Familia y del Menor, teléfonos 524-2345 / 507-3305
• Policía de Niñez y Adolescencia, marcando # 104

Puede obtener información y tratamiento nen la Fundación Unidos por la Niñez

• Teléfonos: 2326679 / 2326939
• unidosporninez.org
• funpanana@cwpanama.net

El grooming digital es una forma delictiva de acoso que implica a un adulto que generalmente se hace pasar por una persona menor de edad, que se pone en contacto con un niño, niña o adolescente con el fin de ganarse poco a poco su confianza para luego involucrarle en una actividad sexual.  Esta práctica tiene diferentes niveles de interacción y peligro: desde hablar de sexo y conseguir material íntimo, hasta llegar a mantener un encuentro sexual.

La palabra sexting es un acrónimo en inglés formado por `sex´ (sexo) y `texting´ (escribir mensajes). Se denomina sexting a la actividad de enviar fotos, videos o mensajes de contenido sexual y erótico personal a través de dispositivos tecnológicos, ya sea utilizando aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales, correo electrónico u otra herramienta de comunicación.

El impacto psicológico del abuso sexual del niño no es igual en todos los casos, pero podemos concluir que el abuso infantil es una de las razones principales por las cuales una persona adulta solicita tratamiento psiquiátrico La mayoría de los pacientes psiquiátricos con diferentes patologías, son sobrevivientes de abuso infantil. Se estima que del 50% al 60% de los pacientes psiquiátricos hospitalizados tienen historia de abuso infantil, tanto físico como sexual o ambos. Igualmente se estima que el 40% al 60% de los pacientes psiquiátricos no hospitalizadas y que el 70% de los pacientes psiquiátricos recibidos en el cuarto de urgencia, reportan haber sido víctimas de abuso sexual.  El trauma del abuso sexual repetitivo como en el incesto, se compara con el que sufren los soldados de guerra.  

La recuperación de los niños, niñas y adolescentes va a depender de las características del trauma.  Si el abuso fue un hecho aislado único perpetrado por una persona ajena a la familia, donde no hubo violencia ni penetración, se considera un trauma simple y su pronóstico es bueno si inicia terapia psicológica tan pronto se abre el secreto y recibe el apoyo familiar. Si por el contrario el abuso es un acto repetitivo, intrafamiliar o incesto, con penetración es un trauma complejo y su pronostico es reservado. Entre mayor es la frecuencia y más tiempo dura el abuso mayor será la afectación emocional. También se toman en cuenta agravantes como violencia, embarazos, enfermedades de transmisión sexual, etc. 

El hecho de que varones sean abusados sexualmente por hombres no los predispone a la homosexualidad.

Se estima que el 30% de las personas abusadas sexualmente se convierten en abusadores en la edad adulta.

El abusador por lo general no es violento. La mayoría de los abusadores utilizan la persuasión, amenazas y sobornos antes que la fuerza física, para no dejar evidencias visibles.

El abuso sexual puede ocurrir en cualquier lugar, sin embargo, frecuentemente ocurre en la propia casa del niño, en la casa de un pariente, de un amigo, o en la escuela

El abuso sexual es muy frecuente. Los estadísticos estiman que de cada caso reportado ocurren diez que no se conocen.  Se estima que únicamente se denuncian el 2% de los casos de abuso sexual que se dan dentro de la familia y 6% de los casos que se dan fuera de esta. 

Los niños, por lo general, no tienen el vocabulario preciso para describir una actividad sexual adulta no vivida, ni quieren mentir sobre algo que puede ponerles en grandes problemas.

Amenazas verbales, coacción e intimidación son dos métodos utilizados frecuentemente para obligar a los niños a someterse al abuso sexual. Los niños no tienen capacidad para consentir actividades de tipo sexual.

Existen homosexuales que abusan de los niños, pero la mayoría de los abusadores sexuales son heterosexuales.

No importa lo que haga el niño o el adolescente, la responsabilidad recae siempre en el agresor. El niño y el adolescente siempre son las víctimas. Son personas menores de edad, sin capacidad para consentir un acto sexual.

Cuando el niño abre un secreto, es una oportunidad de oro para ayudarlo y detener el abuso. Es posible que nunca más vuelva a hablar al respecto. Por eso debe responder de manera adecuada, la respuesta del oyente es crucial. Es necesario estar preparado y considerar las siguientes recomendaciones para que esta tarea sea más sencilla en beneficio del niño.

• Créale.
• Contenga sus emociones y escúchelo con atención.
• Mantenga una actitud respetuosa y empática.
• Reconozca la valentía y esfuerzo del niño al hablarle del abuso.
• Exprésele que está dispuesto a escucharle todas las veces que quiera hablar.
• Hágale saber que está bien hablar del abuso. El niño puede sentirse muy culpable.
• Aclárele que no es su culpa.
• No pregunte insistentemente sobre el abuso, aumentaría la inhibición del niño.
• Limítese a escuchar atenta y empáticamente.
• Explíquele sus derechos. Dígale que tiene derecho a que nadie lo maltrate.
• Dígale que usted le cree. Hágale sentir que usted es digno de confianza
• No exprese descalificativos acerca del agresor. Recuerde que, si el agresor tiene un vínculo con el niño, este puede tener sentimientos mixtos acerca de él.
• Busque ayuda profesional.