La pedofilia y pederastia

Autora Jennie Barb, psicóloga, terapeuta familiar

La pedofilia es una parafilia o trastorno psiquiátrico y de la sexualidad, caracterizado por fantasías sexuales recurrentes que producen un alto nivel de excitación sexual hacia niños y/o niñas prepúberes, menores de trece (13) años.  El pedófilo siente deseos sexuales irrefrenables.  Para ser diagnosticado pedófilo debe ser mayor de dieciséis (16) años.  Cuando hablamos de psicopatología y abuso sexual infantil, observamos que no todos los ofensores sexuales tienen el desorden de la sexualidad llamado pedofilia.  Algunos pedófilos solamente se sienten atraídos hacia niños, evitando tener relaciones sexuales con otras personas adultas. Otros, sí pueden mantener relaciones sexuales con adultos mientras fantasean con niños.

De acuerdo con el DSM-V o sea al Manual Estadístico y de Diagnóstico de los Desórdenes Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría, para diagnosticar la pedofilia la persona debe cumplir los siguientes criterios.  Trastorno de pedofilia 302.2 (F65.4)

  1. Durante un período de al menos seis meses, excitación sexual intensa y recurrente derivada de fantasías, deseos sexuales irrefrenables o comportamientos que implican la actividad sexual con uno o más niños prepúberes (generalmente menores de 13 años).
  2. El individuo ha cumplido estos deseos sexuales irrefrenables, o los deseos irrefrenables o fantasías sexuales causan malestar importante o problemas interpersonales.
  3. El individuo tiene como mínimo dieciséis (16) años y es al menos cinco (5) años mayor que el niño/niños del Criterio A.

Nota: No incluir a un individuo al final de la adolescencia que mantiene una relación sexual continua con otro individuo de 12 o 13 años.

 

La pedofilia es un trastorno psiquiátrico. 

El pedófilo puede no actuar sus fantasías sexuales con un niño.  Cuando lleva sus fantasías sexuales a la realidad y abusa de un niño, se convierte en pederasta.  La pederastia es la acción de cometer el abuso sexual de un niño. Por lo tanto, no todos los pedófilos son pederastas, aunque todos los pederastas son pedófilos.

Cada pedófilo tiene sus preferencias en relación con las edades o al género. El curso de la pedofilia es crónico desde su inicio. Generalmente comienza en la adolescencia, aunque el trastorno puede desarrollarse en la adultez. La pedofilia que involucra niñas es más reportada que la que involucra varones. Investigaciones han demostrado que esta parafilia o trastorno psicosexual NO SE CURA.

El pederasta se caracteriza por tener distorsiones cognoscitivas o pensamientos erróneos para justificar su comportamiento abusivo. Trata de explicar estas conductas agresivas sexuales, con racionalizaciones: el abuso es una forma de educar, el niño víctima disfruta el acto, el niño fue sexualmente provocativo, etc. Estas distorsiones cognitivas, las utiliza para evadir su responsabilidad ante el acto y para manejar los sentimientos de culpabilidad y angustia.

La pederastia fluctúa con el estrés psicosocial. La cronicidad de este trastorno pedófilo, las distorsiones cognitivas, la relación interpersonal manipulativa y destructiva del hacia el niño, tienden prolongar el abuso sexual, aumentando en severidad y frecuencia.

¿Cómo actúa el pederasta?

Cuando los pedófilos abusan de un niño se convierten en pederastas.   Para involucrar al niño en una actividad sexual, los pederastas generalmente no usan la fuerza.  Usan estrategias para despertar simpatía en el niño. Le pueden hacer regalos, jugar con ellos, darles atención y realizar distintas actividades divertidas, hasta ganarse el interés y la confianza del niño.   El pederasta sistemáticamente introduce al niño en actividades de contenido sexual.  Estas aumentan en severidad y frecuencia.  Su conducta suele ser progresiva.

No existe un perfil físico del pederasta.  El impulso pedófilo puede coexistir con otro tipo de patologías psiquiátricas. Su comportamiento es incontrolable. Tienen poca empatía y es incapaz para establecer relaciones emocionalmente íntimas con otros adultos. Los pederastas crecieron carentes de afecto y atención en ambientes de degradación psicológica. Generalmente, fueron abusados sexualmente cuando niños. Presentan baja autoestima y pobre control de impulsos. Algunos disfrutan tanto de parafilia como de relaciones homosexuales o heterosexuales normales.  La mayoría de los pederastas son hombres, se estima que sólo un 14% son mujeres.   Social y profesionalmente pueden ser como cualquier otra persona.  Pueden aparentar tener hogares estables y ser respetados por la comunidad.